‘Palabras moribundas’ que quizá no oigas nunca
más
Las palabras
están sujetas al efecto plastilina. Van cambiando con el uso y dependen de las
manos en las que caigan. La utilización determina si un término es común o es
raro, si está de moda o tiene los días contados. Vocablos como pocholo, guateque,
enagua o aviador inundaron conversaciones de otras épocas. Hoy,
en cambio, agonizan.
Son
“palabras moribundas”. Términos que se dejaron de usar y que están en peligro
de muerte. La especialista en geolingüística y dialectología Pilar G. Mouton
lleva más de 15 años investigando y, de algún modo, rescatando vocablos que
están cayendo en el olvido. No es nada trágico. Está en la propia naturaleza de
la lengua. Nacer, morir, evolucionar y a veces, incluso, resucitar.
“Muchas
palabras mueren porque desaparecen las cosas que representan”, explica la
investigadora del CSIC. “De esto ya hablaron los lingüistas alemanes hace mucho
tiempo. Estudiaban las palabras y las cosas. Es un trabajo de geografía
lingüística. Esto ocurre, por ejemplo, con palabras relacionadas con la
siembra, la cosecha y sus ritos. La desaparición de esta actividad supone la
pérdida de los instrumentos utilizados en la siembra y sus ritos asociados”.
Quedan fuera
de la lengua palabras centenarias y términos que tuvieron una vida muy breve.
Tan corta que cuando las admite la RAE ya se han dejado de usar. Eso ocurrió
con pocholo, por ejemplo. “Era una palabra moderna y cuando la
incluyeron en el diccionario ya resultaba antigua”.